Se les entregan los dilemas a los hombres a veces ya fundidos, a veces en flecos. Nos llegan los dilemas sin obvia solucion para que nos deleitemos en el rompecabeza de por si. Los inhalamos, los vivimos, los echamos a un lado, los contamos de nuevo. No se escapan los problemas cuando se cruza el mar, pero tampoco aqui se multiplican. Llevamos en nuestro caracter el indice de dilemas que somos capaces de enfrentar- los otros nos resbalan, ya les damos la espalda, no los reconocemos. No es que aquellos a los que no les prestamos atencion dejen de existir o de ser validos, pero ya que en nuestros ojos carecen del valor apropiado, se nos hacen lejanos.
Se ha dicho que la nueva generacion de cubanos, los jovenes de hoy- tanto los que se han quedado en Cuba como los que viven lejos de ella- no tenemos ideales, que nos conformamos, que nada buscamos. Segun el mito, somos los que cerramos los ojos a la vida publica y solo nos preocupamos por la realidad de nuestra vida personal.
Pero si que nos falta la inspiracion, pues hemos visto la figura desgarrada y desilusionada (casi perdida) de nuestros padres. Aquellos comunistas convencidos que se quedaron en la Isla y luego ni siquiera ellos mismos creen en las doctrinas que nos inculcaban cuando eramos ninhos. La historia es similar cuando se trata de los de este lado del mar, que tambien han luchado por el sueno de liberar a Cuba y han utilizado exhaustamente las mismas estrategias, sin presenciar la materializacion de sus deseos. Nosotros, la nueva generacion de cubanos, somos hijos de la decepcion, de la satira, del cinismo, de la incredulidad. Hemos visto como los suenos de nuestros padres se han puesto zocatos con el tiempo y ya han dejado el timbre de ayer.
Para imprimir nuestra huella en la historia humana, debemos entender que ya es hora de dejar esos suenos de nuestros progenitores y buscar los nuestros. No solo nuevos suenos, pero nuevas maneras de ejecutarlos para ver sus resultados, siguiendo nuestra propia luz. No debemos levantar la bandera blanca antes de haber comenzado la batalla de esta hora; las derrotas del pasado a veces nos abren el camino a victorias futuras. No dejemos morir la esperanza.
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