lunes, 9 de noviembre de 2009

Esperanza




Todavia me queda mucho por aprender en cuanto a lo de blogging se trata, y mucho mas cuando trato de escribir acerca de una nacion en la que ya no vivo, en la cual no respiro, en la cual no lloro ni sonrio.
Hasta aqui las noticias llegan coloreadas con mi propia perspectiva del recuerdo, y la anhoranza o la nostalgia me las pintan de antemano o me le sustraen tonalidades, para que mi propio entendimento no se enrolle.
Este es el cautiverio del exilio- en el que me aferro constantemente a la esperanza del cambio y evoco momentos historicos positivos como la revolucion de terciopelo en Checkoslovakia 20 anhos atras. En este exilio donde se que mis esperanzas son ingenuas, que en mi espera de la transformacion de Cuba hacia la democracia soy como una ninha. Desde aqui veo los incidentes desproporcionadamente, pero no a proposito, sino predeciblemente. La constante separacion me trae estas visiones, me dicta la realidad que busco, la apropiada formula de manteca de maja para el dolor de huesos- este es mi placebo de cada dia.
En esta busqueda, a veces leo el Granma en la Internet con la ilusion de que vere alguna referencia a los disidentes de Cuba o a la opresion que se le infringe a los presos de consciencia en mi pais. Pero me canso rapidamente, pues las noticias son de un mismo eco, de una misma linea, de un mismo ritmo reciclado. En esos momentos me decaigo, vuelvo al suelo que piso, al pais nuevo en el que habito, a la realidad de la cortina de hierro de mi tierra, y ya cierro los ojos: los cierro con el deseo de encontrar pronto la misma ilusion que he acabado de perder.

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